Con el verano, y después de este invierno de confinamiento y pocas relaciones sociales, a una le apetece, más que apetecer, diría yo que es una necesidad, salir de casa, ver la luz, estar en contacto con la naturaleza, tomar el aire, estar con amigos y echar unas risas en buena compañía.
Afortunadamente el entorno privilegiado que tenemos en nuestro territorio nos permite llevar a cabo esos planes sin alejarnos mucho de casa. Seguro que a menos de quince minutos de nuestras domicilios todos los guipuzcoanos y guipuzcoanas tenemos un entorno natural donde echar la toalla y oir los pájaros o el mar. Monte, hierba, playa, isla…todo vale para conectar un ratito con la naturaleza y subir nuestras defensas, que tanta falta nos hace.
También por doquier tenemos merenderos y restaurantes donde poder disfrutar de una comida al aire libre, y que agradecerán más que nunca nuestras visitas después de estos meses de sequia laboral. Mi apoyo hacia ellos es incondicional y siempre que puedo hago uso de sus servicios. Junto con el comercio, creo que son el alma de las calles de ciudades y pueblos.
Aunque sabemos que no siempre que vamos por ahí podemos comer de restaurante, hay economías familiares que no lo pueden tolerar, pero no por eso vamos a renunciar a comer sano, limpio y rico fuera de casa.
Podemos organizar picnics y hamaiketakos saludables en un periquete con lo que tenemos en casa, en los que aparezca el pescado como fuente de proteína completa y sin renunciar a su sabor rico rico.
Que el pescadito sano, rico y de temporada nos acompañe también en nuestras salidas de casa. Que comamos de fundamento aunque comamos fuera, sin renunciar a los que nos regala también la naturaleza de nuestro entorno, el pescado.
On egiin!!
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