Reto, lección y adelante

En esta situación de confinamiento social a cada persona le está tocando luchar su propia batalla. Unos pelean con la soledad, otras con la enfermedad, unas con la tristeza, otros con el aislamiento, el cansancio, la apatía, el estrés, la enfermedad de un ser querido, la enfermedad de las amigas o los amigos, la lejanía de las personas , la falta de abrazos, la falta de besos, la falta de sonrisas o el estrés, el exceso de trabajo, de conexión, la tristeza de ver a otros tristes, la dificultad de mantener alegres a los niños o a los mayores…

Reto, lección y adelante

No hay más

En esta situación de confinamiento social a cada persona le está tocando luchar su propia batalla.
Unos pelean con la soledad, otras con la enfermedad, unas con la tristeza, otros con el aislamiento, el cansancio, la apatía, el estrés, la enfermedad de un ser querido, la enfermedad de las amigas o los amigos, la lejanía de las personas , la falta de abrazos, la falta de besos, la falta de sonrisas o el estrés, el exceso de trabajo, de conexión, la tristeza de ver a otros tristes, la dificultad de mantener alegres a los niños o a los mayores…

Y para tod@s, más duro o menos duro, esto no deja de ser más que un gran aprendizaje. Cada uno aprenderá lo que quiera o lo que pueda y tomará la lección que quiera o que pueda tomar.

Por ahora, que lo sepamos, solo hay un claro beneficiado de todo esto: el planeta. El ambiente, el aire que respiramos, el oxígeno, la naturaleza.

Parece que la madre Tierra hubiera dicho en un momento: tenéis que parar, no aguanto más. Y se ha parado el mundo.

Y de esta saldremos y habrá cambiado mucho todo, seremos los mismos y las mismas pero seremos diferentes. Y ojalá que seamos mejores. Creo que cambiarán muchas cosas en el modo de vivir o quizás solo lo espero.
Lo que es seguro que va a cambiar es el comercio local. El comercio pequeño, el de cercanía, el mercado, los mercados locales, los mercados de abastos.

El pequeño comercio estamos aprendiendo que hay otros modos de vender de los que pensábamos, hay otros modos de acercarse al público, hay otros modos de hacer nuestro negocio y hacer las cosas bien.

Y a todo esto, con nuestros pequeños o grandes errores el coronavirus también nos está enseñando.

Reto y lección, y adelante. No hay más.

Además del coronavirus, en los mostradores de nuestras pescaderías la protagonista la antxoa. Al principio de confinamiento protagonista por su ausencia, ya que los barcos inmensos en la costera decidieron parar su actividad. Y a mediados de abril, de nuevo, protagonista por su presencia porque la flota decidió reanudar la pesca.

Y parece que nos viene que ni al pelo, porque la antxoa es un pescado azul y fuente de vitamina D.
Se están relacionado mayores índices de vitamina D con menor probabilidad de contraer la enfermedad. Así que parece que la naturaleza está, una vez más, de nuestro lado y nos la pone en la mesa. Habrá que aprovecharla ¿no?

Mi consejo no puede ser otro que nos animemos a consumir antxo. Por todo lo dicho y por tratarse de un producto de km0, local y de temporada.

Formas de consumo hay miles, pero yo también invitaría aquí a que cada uno y cada una le eche su imaginación, ahora que, en teoría tenemos más tiempo.

En nuestra página web hay unas cuantas vídeo recetas sobre el antxoa y podéis consultarlas y animaros a hacer. Son recetas muy básicas, muy fáciles y muy sanas como siempre. Pero yo os invitaría que fuerais un poco más allá y le echarás imaginación. ¡Ánimo!

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