Desde el jueves 24 de septiembre estamos oficialmente en otoño. El monte está precioso, el abanico de color que ofrecen los árboles de hoja caduca es inigualable, los paseos sobre las hojas caídas en los días soleados son un regalo para el espíritu. Pero también los días son más cortos, oscurece antes y las horas de luz son menos.
El sol es muy importante para nuestro metabolismo, nos ayuda, entre otras cosas a sintetizar vitamina D.
Esta vitamina es clave para nuestro estado de ánimo, ya que es esencial para la síntesis de, lo que llamamos, las hormonas de la felicidad que son la serotonina y la dopamina. El sentimiento de melancolía que a veces nos surge en esta estación tiene que ver con esto.
En los países nórdicos cuyas horas de luz solar al día en invierno, a veces, no son más que cuatro, la recomendación médica de ingesta de suplementos de vitamina D durante el invierno es sistemática y para toda la población.
Fijaos si es importante que también se relacionan niveles bajos de vitamina D con trastornos del ánimo, depresión, melancolía y también agotamiento y fatiga. La vitamina D, a su vez, nos ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis y regula también nuestro sistema inmunológico. En definitiva, es muy importante para nosotros.
¿Y qué pasa en otoño y en invierno cuando las horas de sol son pocas? Que la vitamina la tenemos que sacar de nuestra dieta.
¿Y a que no sabéis cuál es el alimento que mayor cantidad de vitamina D nos ofrece? ¡El pescado azul!
Por eso, entre otros motivos, se recomienda una ingesta de dos a tres veces por semana de pescado azul. Para mantener nuestra vitamina D en los niveles óptimos ¡Y aquí ¡estamos de enhorabuena! En nuestras aguas nada abundante pescado azul, y en invierno y en otoño sus capturas son generosas. Muchas veces este pescado azul está muy bien de precio y hay pescados azules para todas las economías. Además, al ser tan diferente un pescado azul que otro lo podemos cocinar de muy diferentes maneras y no aburrirnos.
Sardina, verdel, makaela, antxoa, txitxarro, lubina, corvina, carcajal, lamote, erla, lampo, dorada, muxarra, bonito, atún, salmón… ¡Anda que no tenemos variedad de pescados azules!
Pronto empezará en el Cantábrico la campaña de la sardina. Suele ser una campaña importante de grandes capturas. Todos los días entran barcos de bajura con sardina recién pescada saltando en las cajas ¡Qué maravilla! Aprovecho la ocasión para reivindicar un espacio en nuestras cocinas para las sardinas. Y sacarlas, de una vez, de la cárcel de la parrilla en la que la metimos, aún no sé porqué, hace un montón de años. Manifiesto aquí, que la sardina se puede cocinar en casa de mil maneras, que no huele tanto como en las brasas de un asador y que es fina de carne, jugosa de textura…y en definitiva, ¡Que está buenísima!
Qué además de vitamina D, nos aporta un montón de Omega 3,y qué casi siempre tiene un precio muy muy económico.
También empezará a entrar txitxarro, de todos los tamaños. El txitxarro lo podremos cocinar entero al horno, a la brasa, a la plancha…pero nosotras lo vendemos muchos en lomos, porque tiene muchas menos espinas y no pierde ninguna propiedad. En filetes los podéis asar también, o freír. Pero también lo puedes guisar con una buena salsa de verduras, con un tomate picante, lo podéis empanar, marinar, escabechado… e incluso, se pueden hacer presentaciones en crudo como el ceviche o el tartar.
En otoño también empieza el tiempo de la corvina o andeja, de la lubina, la dorada y las reglas. Y en enero empezará el verdel. Menudo festival de pescados azules que nos aportarán, como ya hemos dicho, esa vitamina D que el sol no nos puede dar en estos meses de invierno. Si es que la naturaleza, es tan sabía….
Además sin olvidar que muchos de estos pescados tienen precios muy populares en el mercado, qué hacen posible su ingesta las dos o tres veces por semana recomendadas por las autoridades sanitarias.
También cabe destacar que estos pescados muchas veces se encuentran en formato de conserva como lo bonito, la sardina, la anchoa, el txitxarrillo, la akula… y de esa manera también estamos ingiriendo la vitamina D que necesitamos.
Ver receta de lomitos de verdel gratinados