La experiencia nos está diciendo que cuando la conversación empieza por:
Ponme antxoas para nosotros y para el niño un gallito.
Quince años después evoluciona a:
Ponme antxoas para nosotros que al niño (ya un adolescente) no le gusta el pescado y le pondré otra cosa
Y es que es así, al niño que desde pequeñito no se le ha dado a probar todo tipo de pescados, con todo tipo de preparaciones, acaba hartándose del gallo rebozado, ¡si es que no le sale cresta!

L@s niñ@s y el pescado

La experiencia nos está diciendo que cuando la conversación empieza por:
Ponme antxoas para nosotros y para el niño un gallito.
Quince años después evoluciona a:
Ponme antxoas para nosotros que al niño (ya un adolescente) no le gusta el pescado y le pondré otra cosa.

Y es que es así, al niño que desde pequeñito no se le ha dado a probar todo tipo de pescados, con todo tipo de preparaciones, acaba hartándose del gallo rebozado, ¡si es que no le sale cresta!
Desde estas humildes líneas mi petición, reivindicación, consejo o sugerencia es que ofrezcáis a vuestras hijas e hijos diferentes especies de pescados cuanto antes.

Dadles a probar atún, salmón, carcajal, faneca, liba o perlón entre otros, y su pequeño paladar coleccionara sabores, texturas y olores que le acompañarán por siempre en su vida adulta.

A edades tempranas, l@s niñ@s no tienen aún prejuicios que les hagan rechazar un plato más que otro, y lo mismo se atreven a probar la negrura de los txipirones en su tinta que el blanco del pilpil. Teneis oportunidades de oro para hacerles unos grandes catadores.
Y en el pescado hay tanto que catar…

L@s que venís a nuestra pescadería sabéis que tenemos muchas sugerencias para que vuestr@s pequeñ@s disfruten del pescado, no se aburran y hasta se diviertan en la experiencia. Así, cuando sean más mayorcitos y os pregunten qué hay para cenar: pescado.
Ell@s habrán adquirido el criterio para preguntar:
¿Qué pescado? ¿Y cómo lo vamos a preparar?

¡Qué grandes, me encantan!!!

Y ¿qué pasa con las espinas? ¡No os preocupéis! Hoy en día, l@s profesionales de las pescaderías os las quitamos todas, de cualquier especie. Eso sí, cuando son mayorcit@s os animamos a que sean ell@s mism@s l@s que las retiren y las separen con sus deditos, así van aprendiendo. En mi casa, cuando mis hij@ eran pequeñ@s y el pescado podía tener alguna espina era el “día de comer con las manos”, que era sinónimo a fiesta, claro.

De todas las recetas que gustan a l@s niñ@s hay una que arrasa: los sabirones empanados. Si, sí, los sabirones. También llamados peces escorpión por el veneno que poseen en su espina craneal, y cuyo pinchazo es tan conocido entre los bañistas de la Concha, ¡como para olvidarlo!. Pues bien, fileteados sin espinas y por supuesto sin veneno, estos pescaditos hacen las delicias de grandes, y sobre todo pequeños, ya que al ser fritos en la sartén se enrollan como un churrito invitando a los niñ@s a comerlos como tal, y untarlos en las salsas que les pongamos a su alcance: mahonesa, alioli, tomate, soja, y todo tipo de aliñes. Emulando la merienda de chocolate con churros de toda la vida, pero en versión salada y de mar.

En este enlace os la dejo, que aproveche, ¡que la disfrutéis! Y vuestr@s peques también.

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