El diccionario de la RAE (Real Academia Española) explica la expresión coloquial «el perejil de todas las salsas» sobre todo para referirse a la persona amiga de figurar que aparece en todas partes y se entromete en todo. Yo, personalmente, creo que cuando la usamos en nuestro día a día no queremos dar esa connotación tan despectiva a la expresión, si no que nos queremos referir cariñosamente con ella a esa persona dinámica y movida que está metida en todas las salsas, como el perejil.

Perejil

El diccionario de la RAE (Real Academia Española) explica la expresión coloquial «el perejil de todas las salsas» sobre todo para referirse a la persona amiga de figurar que aparece en todas partes y se entromete en todo. Yo, personalmente, creo que cuando la usamos en nuestro día a día no queremos dar esa connotación tan despectiva a la expresión, si no que nos queremos referir cariñosamente con ella a esa persona dinámica y movida que está metida en todas las salsas, como el perejil.

Sea como fuera cuando tu abuela te llama cariñosamente perejiles…¡por algo será! Y es que es así.

El perejil en una salsa no puede pasar desapercibido, es imposible. Lo delatan su olor, su brillante color y ese sabor tan peculiar que tiene. El perejil es inconfundible.

En las pescaderías, de siempre hemos tenido costumbre de obsequiar con perejil a nuestra clientela. Me puedo imaginar que se ha hecho para facilitar un buen condimento para los guisos de pescado. Aunque para mí también tiene otra connotación. En nuestra pescadería cada día regalamos grandes manojos de perejil que adquirimos a las caseras de nuestro mercado o en el puesto del frutero. Todos los encargos que salen llevan sus ramitas. Bien sean cajas, bolsas, lotes de regalo…¡todo! Es como la nota de color, de alegría de la bolsa. Y mucho más. Nos gusta regalar esas ramitas porque es nuestra sencilla manera de decir ¡gracias! Gracias por venir, por comprar nuestro pescado, por confiar en nosotras. Eskerrik asko!

Perejil, perrexila o Petroselinum Crispum es una planta herbácea de la familia Apiaceae nativa de la región mediterránea del sur de Europa. Y ampliamente extendida a lo largo de todo el globo. Su nombre significa apio de roca, porque crece fácilmente cerca de rocas y paredes.

Existe constancia de que el perejil acompaña al ser humano desde hace miles de años.
En la mitología griega el perejil aparece como hijo del héroe griego Arquemorus, atribuyéndole así cualidades sagradas. Los guerreros alimentaban con él a sus caballos antes de las batallas para conferirles vigor y fuerza. Además, premiaban con él a los atletas y adornaban sus tumbas. El imperio romano también utilizó el perejil no solo como ornamento sino también con fines culinarios y curativos.

Hoy en día el uso de la planta se limita casi a los fogones aunque tenemos constancia de todas las virtudes terapéuticas posee por la cantidad de nutrientes de que está compuesto.

Destaca su contenido en minerales como el calcio, hierro, potasio y zinc entre otros. Y de vitaminas, especialmente la vitamina C y la provitamina A y el ácido fólico. Y si añadimos los fitoquímicos que posee, destacando el betacaroteno, nos encontramos que cada día, en la pescadería no nos regalan solo color y sabor…nos regalan salud y prevención de enfermedades. Por su contenido en los componentes expuestos y algunos más que nos hemos dejado, podemos atribuir al perejil las siguientes propiedades:

– Diurético, ayuda a eliminar líquidos del cuerpo
– Digestivo, ayuda a hacer las digestiones. Mis abuelos maternos, cada día, después de comer tomaban una infusión de manzanilla, cuando no tenían manzanilla tomaban infusión de perejil. ¡Qué sabiduría popular! Ahora lo entiendo todo…
– Es un antioxidante y antiinflamatorio
– Ayuda, en cataplasma, a la cura de las heridas y mejora las picaduras.
– Refuerza las defensas
– Y ayuda a paliar la halitosis, mal aliento

¡Por todas estas virtudes y por muchas más el perejil no ha de faltar en nuestra cocina ni en nuestros platos!

Y ¿cómo conservar el perejil en casa para poderlo utilizar en el día a día?

Congelado. Yo, personalmente, siempre lo conservo así y me resulta muy cómodo. Lo llevo de la pescadería, lo lavo bien bien, lo escurro con el escurridor de lechuga, lo dejo secar y finalmente lo pico con la batidora o con una tijera dentro de un vaso o con una tabla y un cuchillo, como queráis. Después lo meto en un bote con tapa hermética y ¡al congelador! cada vez que quiero usar lo rasco con un tenedor y cae como un polvo sobre los platos. Al congelarse se vuelve un tono verde oscuro, pero al descongelarlo vuelve a recuperar su tono brillante y alegre y no pierde ni una pizca de sus vitaminas ni minerales. Es una buena manera de tener perejil siempre en casa y muy a mano.

Otra manera de conservarlo es en aceite, en una especie de mojo. Se pica el perejil, se pica ajo y se mete en una botellita con aceite y un poquito de sal. Con esto podemos regar nuestros platos fríos y calientes y el perejil sigue conservando todas sus propiedades y nutrientes.

También lo podemos conservar en la cocina en un jarrón con agua como si fuera un ramo de flores.
Este método tiene la ventaja de que da un toque de color y de alegría a la cocina.

Y se pueden combinar las distintas maneras de conservación, tener perejil en el congelador, tener perejil macerando en aceite y tener perejil en un jarrón en la cocina, un poco de todo. Es una manera sana y económica de tener vitaminas y minerales a nuestro alcance.

Ya solo nos queda pensar en cómo introducir el perejil en nuestra cocina de pescado.

Seguro que tod@s estáis pensando en la salsa verde, que por supuesto no sería verde sin perejil y es una fantástica salsa nuestra llena de vitaminas y minerales porque no solo el perejil, el ajo y la cebolla dan un gran valor a esta salsa. Pero además de estas suculentas cazuelas verdes se pueden hacer muchas más cosas con el perejil y el pescado. A mí me encanta espolvorear unas hojitas de perejil sobre cualquier refrito para mis pescados, le dan un toque verde y precioso al plato.

Me encanta echar perejil a todos los platos de pescado a la plancha.

Me encanta echar perejil a todos los rebozados y empanados.

A todas las verduras y guarniciones que acompañan a mis pescados también les pongo perejil

A las recetas de pescado marinado como las anchoas el verdel…

A las recetas de cuchara como el marmitako de bonito, de sepia, de calamar…de lo que sea

A las sopas y caldos de pescado, a los arroces de pescado.

Y por supuesto, a todos los aliñes de todo tipo para condimentar el pescado o las verduras cómo me apetezca
¡Qué no falte nunca el típico ajilimojili en una casa! Se mezcla aceite, ajo, pereji, vinagre,sal y agua y se pasa por la batidora. Quedan una especie de salsa verde con la que se puede regar todo lo que queramos: las sardinas al horno, las anchoas fritas, el bonito, el gallo… cualquier pescado azul o blanco a la plancha este ajilimojili le dará un toque muy especial. También se puede versionar este ajilimojili pero con los ajos enteros o machacados, para las personas que no toleran o no le gusta comer los ajos en trozos.

En definitiva, que seamos más conscientes y pongamos más en valor las pequeñas ramas verdes que acompañan nuestra vida.

Qué las vitaminas son pequeñas y en una hojita caben bastantes más de las que nos podemos imaginar.
Cómo siempre, ON EGIN!

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