Montar el pintxo al modo y gusto que uno desee. Lo más sencillo es colocar el huevo, encima el langostino, unirlos con un palillo y decorar con mahonesa al gusto.
Este sencillo y rico pincho es uno de los más habituales en todas las barras de los bares donostiarras y de más allá. Un pincho de los de toda la vida. Se trata de una fácil y rica preparación con la que podemos agasajar a nuestros invitados.
Solo tiene una clave, la calidad de sus materias primas. Sus ingredientes son pocos pero es importante que sea de calidad porque los vamos a degustar intensamente. También se puede versionar con un trocito de buena anchoa en salazón, de salmón o trucha ahumada o con huevas de trucha.