La lubina lleva pocos años en la cúspide de la gastronomía vasca, hasta los años 70 del siglo pasado era un pescado que despertaba poco interés culinario y estaba ausente en cartas, restaurantes o tratados de gastronomía. Hasta que en 1976, el gran Pedro Subijana la sacó del anonimato con su aclamada creación «lubina a la pimienta verde». Con este plato, la fama del cocinero traspasó fronteras y el pescado adquirió el lugar que aún tiene en nuestra cocina.
Es un pescado tan jugoso y rico que no necesita mucho para estar espléndido. Por las características de su carne es candidata ideal para preparaciones en crudo