Es un pescado relativamente pequeño, rara vez alcanza el kilo de peso, fino de sabor, delicado de textura y fácil de masticar incluso con piel, porque la tiene tan fina que ni se nota en el plato.
La faneca se puede consumir de muchas maneras: frita con ajos, a la plancha, horneada, sobre cama de verduras, al vapor, hervida, rebozada en huevo, empanada (con pan rallado, ajo y perejil), en salsa verde (el fumet se puede hacer con sus propias cabezas y espinas), con acompañamiento de patatas y guisantes, sobre una cama de tomate aromatizado, o en un suculento bocadillo con lechuga fresca y mayonesa casera.