Son moluscos bivalvos (formados por dos conchas) que se alimentan de plancton y viven adheridos por resistentes pelos a las rocas. Ricos en proteínas de alto valor biológico y fáciles de digerir por su poco contenido en grasa. Contienen Omega 3, minerales (hierro, yodo, selenio y manganeso) y vitaminas B12 (energía vital, alegría, concentración), A, D, E, y K. Resulta idóneo para personas con lesiones articulares por su alto contenido en glucosamina, que ayuda a repararlas.
El 99% del mejillón que consumimos viene de Galicia donde se crían en bateas. Los moules (más pequeños) tienen su origen en el sur francés.
A día de hoy es posible encontrar tanto mejillones como moules de calidad en todas las estaciones del año.
A la hora de comprar mejillones hay que asegurarse de que estén vivos: siempre cerrados, o si están abiertos, que se cierren de inmediato si les damos un golpecito.
Por su suave sabor y lo sencillo que es comerlo, es uno de los ingredientes más utilizados en nuestro recetario tradicional.
